Thursday, April 25, 2024
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Crítica de El Camino: una película de Breaking Bad, ya en Netflix

ARTNEWSPRESS: La esperada continuación de Breaking Bad, llamada El Camino, ya está disponible en Netflix. Viajemos de nuevo a Nuevo Mexico para saber qué fue del sufridor Jesse Pinkman.

Hay pocos finales más redondos y memorables que el de Breaking Bad, sin duda una de las series más brillantes de los últimos años. Pero a lo tonto, a lo tonto, ya han pasado 6 años desde que vimos la genialidad final de Walter White (interpretado por el portentoso Bryan Cranston), mientras un histérico Jesse Pinkman huía en busca de su libertad. Ese final abierto tenía un cierto toque poético, pero lo cierto es que Vince Gilligan, creador de la serie, todavía tenía un as de la manga, más allá de ese interesante spin-off llamado Better Call Saul.

Por fin, después de haber generado mucho interés, Netflix ha incorporado a su catálogo El Camino: Una historia de Breaking Bad, película de dos horas de duración que nos cuenta, precisamente, qué pasó justo después de que Jesse huyera en el coche. Por tanto, el protagonista absoluto es Jesse, de nuevo interpretado por un Aaron Paul que se ha volcado completamente con el proyecto.

El Camino: Una película de Breaking Bad apuesta por una narración fragmentada, en la que la espina dorsal son las horas inmediatamente posteriores a esa huída: Jesse se ha librado de sus captores, pero ahora todas las fuerzas del orden del país van detrás de él y tiene que buscar la forma de cruzar la frontera. Mientras se las apaña para recomponer su cabeza torturada y buscar el “billete de salida”, se nos van alternando numerosos flashbacks que no solo ahondan en el calvario que vivió Jesse durante el secuestro, sino también por qué personajes como el propio Walter White, el carismático asesino Mike, el terrible secuestrador Todd (Jesse Plemons, que protagonizó recientemente el episodio USS Callister de Black Mirror) o la trágica novia de Jesse, Jane (Krysten Ritter, que más tarde saltó a la fama con Jessica Jones) son tan geniales.

¿Llegan a aparecer estos personajes y sus actores en la película de Netflix? Bueno, no os desglosaremos todo lo que sucede (y hay que dejar claro que no se referencian todos los personajes clave), porque esa es parte del encanto del visionado, pero sí os aclaramos que aquí los protagonistas son Jesse Pinkman y el mundo que hay a su alrededor, él es quien se queda con el legado del peso de la historia. A partir de aquí, hay que hacer hincapié en dos puntos: primero, que no tiene sentido ver la película si no habéis visto Breaking Bad hasta el final, porque os habéis a comer más de un spoiler y no os vais a enterar de un montón de referencias (por suerte, en Netflix han incluído un resumen de 3 minutos con todo lo que hay que saber antes de lanzarse a por la peli, en caso de que tengáis los recuerdos oxidados).

El segundo punto a tener en cuenta es que, en realidad, la historia no avanza demasiado (se mueve menos de lo que nos hubiera gustado, sinceramente), no vamos a encontrar ningún giro de guión increíble que altere vuestra percepción sobre la serie. Todo lo que vemos es una suerte de epílogo que sirve para hacer algo de justicia al personaje de Jesse Pinkman.

Por supuesto, nos topamos con alguna secuencia de acción, momentos tensos en los que el protagonista debe esconderse y tiroteos en los que es tan importante ser el más chulo del barrio como el más ingenioso. Esos tramos de El Camino nos recuerdan irremediablemente a los puntos álgidos de Breaking Bad; este es un mundo hostil, en el que cada uno vela por lo suyo y las personas suelen tener dos caras, pero si mantienes la cabeza fría y valoras tus posibilidades, puedes llegar a imponerte.

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Por tanto, el tono general es algo oscuro y hasta melancólico por momentos, pero también hay algunas gotas de humor que nos sirven para recordar al Jesse más tontorrón y entrañable de los comienzos de la serie. Ha cambiado, porque ahora está más curtido y ha aprendido varios trucos, pero también sigue siendo el “alumno/hijo pequeño” de Walter White.

El muy correcto guión se ve arropado por una estupenda labor de dirección por parte de Vince Gilligan, que vuelve a regalarnos algunos planos con angulares y grandes angulares a los que nos tenía acostumbrados, además de una estupenda banda sonora y montajes muy atractivos en según que escenas. Por supuesto, la fotografía y los paisajes de Nuevo Mexico vuelven a reclamar su protagonismo, por lo que os recomendamos ver esta película de Netflix en una tele grande (con 4K y HDR, a ser posible) para disfrutar de verdad con todo lo que tiene que ofrecer.

En definitiva, El Camino: Una película de Breaking Bad es una especie de cuidado “bonus track” para una serie inolvidable, que añade lo justo e imprescindible a la historia, pero que sirve para recordarnos todo lo bueno que nos enamoró en los acontecimientos de Albuquerque. Seguramente, tras verla, os veáis irremediablemente “obligados” a revisitar la serie al completo y a gritar una última vez aquello de “science, bitch!“.

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