ARTNEWSPRESS: Se pasan rápido porque la trama engancha, pese a seguir el esquema habitual de la pobreza a la fama
Aquí no hay diferencias entre el cine europeo, Hollywood y la nueva meca que es HBO: es como un vasto plan internacional para rastrear la Historia y reinscribir en ella el lugar negado a la mujer. Hemos visto películas recientes sobre mujeres que luchaban para ser aceptadas como pintoras, escritoras o, como esta que ahora nos ocupa, directoras de orquesta. En esto último, y así se reconoce en los rótulos finales, no tienen mucho que celebrar: conozco un par de directoras de orquesta de jazz y hasta una de clásica (la estupenda Barbara Hannigan), pero por lo demás la odisea que vivió hace un siglo Antonia Brico solo sirvió para poderse subir ella al podio.
Y para poderse subir tuvo que superar más obstáculos que escalones: acosos, burlas, y descalificaciones fueron su pan nuestro durante muchos días. La directora Maria Peters necesita más de dos horas para llegar tan solo hasta su primer momento de gloria. Se pasan rápido porque la trama engancha, pese a seguir el esquema habitual de la pobreza a la fama, gracias a la actriz Christanne de Bruijn: pizpireta, tenaz y creible, hace que deseemos que su personaje supere todos los prejuicios que le acechan. Todo con mucha melomanía, claro, y las dosis justas de melodrama. El nivel baja con algunos elementos no muy bien resueltos: ese cabaret neoyorquino que parece el típico cabaret berlinés de antes de Hitler… O ese pretendiente blando y aburrido que Antonia no puede aceptar porque, ya saben, se ha desposado con la música.
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Antonio Weinrichter
