Friday, April 26, 2024
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Tenis con Jean-Luc Godard

ARTNEWSPRESS: Este ensayo fílmico con grabaciones de Roland Garros tiene momentos alucinantes, como esas cámaras lentas al ritmo de ‘The Sprawl’, e instantes de una pretenciosidad extrema

En el año 2002, el español Guillermo García-Ramos, un joven productor y director de cortos luego reciclado como realizador de programas televisivos de viajes, dirigió junto a su colega David S. Truncheon Tenis con J. L. G. – Buscando a Godard, insólito mediometraje de 50 minutos a medio camino entre la autoficción, la comedia del absurdo y el ensayo experimental, con el que, conscientes de la enorme afición del cineasta francés por este deporte, pretendían acabar en su casa de Suiza jugando un partido contra él, previo paso por una serie de entrevistas con personajes relacionados tanto con el tenis como con el cine. Entre esos entrevistados estaba el extravagante Gil de Kermadec, un anciano exjugador, creador del Servicio Audiovisual de la Federación francesa de Tenis, que en los años ochenta se había dedicado a filmar partidos de Roland Garros con una cámara de 16 mm desde las perspectivas y métodos más extraños. Unas películas, un metraje encontrado, que son la base documental de otro ensayo experimental: Buscando la perfección, de Julien Faraut, centrado en la figura de John McEnroe. Este sí, puro Godard; no como Tenis con J. L. G, que era puro García-Ramos.

Avisamos desde el inicio: si alguien espera un documental deportivo al uso o un retrato más o menos coherente de McEnroe, que salga huyendo. Buscando la perfección está en la línea de los ensayos políticos y vanguardistas de aquel grupo de cineastas llamado Dziga Vertov, comandado por Godard entre 1968 y 1972 y que dio pie a obras como Luchas en Italia y Vladimir y Rosa. Un documental de semiótica audiovisual que utiliza el tenis, a McEnroe y sus movimientos como el que analiza hasta la obsesión una foto de la activista Jane Fonda en Vietnam (así era Letter to Jane, del grupo Vertov), o como lo que podría ejercitar un etnógrafo que recorre cada paso de un pueblo o grupo social (el cine de Chris Marker también parece un referente), aunque aquí se trate de toda una teoría física y visual sobre el saque y la volea, y el comportamiento antisocial del controvertido tenista estadounidense. Interesante, pero nada fácil de ver

Faraut, con experiencia en el documental deportivo fuera de norma, cita con frecuencia a Serge Daney, fundamental crítico y teórico del cine, a veces con infinito criterio, y otras un tanto gratuitamente. Y la clave de la película parece estar en el concepto de “la invención del tiempo”, algo fascinante en la teoría cinematográfica que, sin embargo, aplicada al tenis, pierde parte de su importancia. Al menos como lo expone Faraut.

Durante más de una hora, los oponentes de McEnroe permanecen fuera de campo. No llegan ni a sombras en un partido único en el que el tenista americano y el director francés parecen luchar contra un imposible: las normas sociales del deporte y el convencionalismo cinematográfico. Así, cuando en los últimos 20 minutos se introduce al (entonces) checo Ivan Lendl, sin que haya una clara motivación para ello, y Faraut se dedica a analizar la mítica final a cinco sets del año 1984, parece un añadido de última hora. No hay una unión, una idea conjunta en el estudio, y las reiteraciones de imagen y temáticas se agolpan. En Buscando la perfección, narrado por el actor Mathieu Amalric, hay momentos alucinantes, como esas cámaras lentas al ritmo de The Sprawl, de Sonic Youth, e instantes de una pretenciosidad extrema. Es tenis con Jean-Luc Godard.

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JAVIER OCAÑA

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