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Protagonizado por Inma Cuesta, la cinta se convierte en un ‘thriller’ psicológico en medio de un inmenso páramo en Teruel.
El terror ha regresado a Netflix y lo ha hecho de la mano de El páramo, la nueva cinta dirigida por David Casademunt. El nuevo título original de Netflix de producción española se presentó en el pasado Festival de Cine de Sitges 2021, y si eres de los que te apasionan las historias monstruosas, puede que hayas encontrado tu nueva imprescindible en la plataforma de ‘streaming’.
El rodaje de El Páramo comenzó a principios del mes de febrero del pasado año. Para plasmar este aspecto de la España profunda y rural, la producción se desplazó hasta un inmenso páramo en la provincia de Teruel. En ella, el paisaje se convierte en un personaje vivo más y dota a la cinta de ese toque de ‘thriller’ psicológico que llega a presentarse en numerosas ocasiones.
La trama de la cinta sigue a un matrimonio formado por Lucía (Inma Cuesta) y Salvador (Roberto Álamo) y su joven hijo Diego (Asier Flores). Juntos han llegado a conseguir vivir una vida tranquila y apartada del mundanal ruido de la sociedad. Pero la tranquilidad de su existencia ermitaña llega a un abrupto final cuando Salvador tiene que abandonar a su familia tras un incidente.
Justo tras la marcha de Salvador, una monstruosa bestia acecha en la oscuridad. Una bestia que hasta ahora Diego sólo conocía por las historias de terror que le había contado su padre, leyendas que generación tras generación se habían transmitido pero que jamás creyeron que fueran realidad. El miedo a esta nueva amenaza cada vez va siendo más fuerte, alimentado por el temor del pueblo más cercano que vaticina lo peor. Solos ante el peligro, Lucía y su hijo Diego se armarán para soportar el posible ataque de esta bestia.
El Páramo es una película que se ha construido a fuego lento, muy lento, durante estos últimos cinco años y en los que su director tuvo muy presente “el horror, el thriller, el drama, el suspense psicológico“, tal y como desveló a SensaCine en una entrevista (puedes leer sobre estas líneas. Pero, no fue hasta los tres primeros meses de la pandemia cuando se dio cuenta que la película había acabado añadiendo otro género: “¡Hostia, que hemos escrito un western!”, recuerda Casademunt.
