Sunday, April 28, 2024
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Esto es Berlín transita por su propia vereda dentro de las coming of age, pues su espíritu quebrantador la hace alejarse de ciertos lugares comunes.

ARTNEWSPRESS: Hari Sama (El sueño de Lú) posee una forma particular de hacer cine. Lo hace desde la trinchera de los marginados a nivel social o emocional; desde historias personales de dolores cicatrizados o en proceso de cicatrización; desde la penumbra del estatus quo o el deber ser. En Esto no es Berlín, el cineasta nos adentra en la clandestinidad, en el modus operandi de una subcultura en gestación y a punto de reclutar nuevos miembros. Ese dejo de marginalidad permanece latente, pese a que sus personajes forman parte de una clase media de estabilidad financiera, pero inestabilidad en cuanto a su identidad.

La obra es personal, pues se basa en las propias memorias de Sama y su reconstrucción de una época que lo marcó, definió y lo enfrentó con la pérdida derivada de los excesos. Esto no es Berlín es una obra de congruencia temática y estética. Se ambienta en México, en 1986. Mientras parte del país se vuelca sobre intereses mundialistas –la Copa del Mundo que se desarrolló en tierra mexicano en aquel año– Carlos (Xabiani Ponce de León) trata de encontrarse a sí mismo.

No se halla entre las paredes de sus aulas escolares ni entre aquellas que conforman su hogar. Sólo tiene una certeza: su interés por Rita (Ximena Romo, irreconocible), la hermana de su mejor amigo Gera (José Antonio Toledano). Su musa, además, se encuentra insertada en el escenario underground de la música punk. Este es el punto de inflexión en el peculiar viaje de nuestro héroe. Una noche Carlos y Gera acompañan a Rita a un concierto contestatario y transgresor, momento de clarividencia que lanzará a cada uno a un periplo de introspección y descubrimiento intelectual y sexual.

El trinomio Ponce de León, Romo, Toledano deambula entre la inocencia, el enojo y el dolor; cada uno con una tesitura propia, rompe con cualquier preconcepción y se lanza al mundo como una nueva horda de talento mexicano histriónico, de matices acaudalados y momentos rábicos o desesperados.

A nivel temático Esto no es Berlín transita por su propia vereda dentro de las historias coming of age, pues su espíritu quebrantador la hace alejarse de ciertos lugares comunes, como las historias de amor adolescente para hacer de Rita un espíritu feminista, independentista e inteligente, una aficionada de la simbólica Patti Smith. El personaje de Romo es determinado y determinante, y maneja una ideología congruente llevada hasta las últimas consecuencias.

Pero es el subtexto el que se ve enriquecido por ciertas decisiones de cámara y estética. La manufactura de Esto no es Berlín se escapa de los caminos preestablecidos para ser impredecible, una producción cuasi guerrillera en busca de accidentes visuales. El oscurantismo y las luces neón son una constante que reflejan la intempestividad interna de los jóvenes protagonistas. En ella se respira autenticidad y honestidad hacia los personajes como hacia las memorias de Sama, quien incluso tiene un papel en la historia como el tío de Carlos.

Carlos es justamente el alter ego del realizador, ambos transitan una historia compartida por medio de la cual Sama reconstruye con fidelidad una cara de una época igualmente marginada en el inconsciente colectivo mexicano, así como lo son sus personajes. Esto no es Berlín es un homenaje a todos aquellos que, en búsqueda de comprensión, tolerancia y su propio yo, se quedaron en el camino. Fueron invisibles en aquel contexto ochentero a causa de una sociedad ensimismada, pero, gracias al cine, hoy son visibilizados para la posteridad.

https://cinepremiere.com.mx

Mabel Salinas

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