Tuesday, April 30, 2024
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Quim Gutiérrez estrena ‘Litus’: “Me tomo todo muy en serio”

ARTNEWSPRESS: Estrena este drama dirigido por Dani de la Orden sobre un grupo de amigos que se reúne tras la muerte de uno de ellos.

Empezó a hacer televisión a los 12 años y cuando saltó al cine lo hizo llevándose el Goya como mejor actor revelación por ‘AzulOscuroCasiNegro’ (Daniel Sánchez Arévalo, 2006). Quim Gutiérrez ha cultivado la comedia más que el drama, pero cuando este se pone por delante, lo borda. Saca a relucir las horas de escritura, las vueltas a la cabeza, las sesiones de terapia y lo que haga falta para dar empaque al personaje. Eso es lo que hace en ‘Litus’ (Dani de la Orden, 2018), una película que ha encajado en un año frenético en el que ha rodado cinco películas y una serie dirigida por Nacho Vigalondo que se estrenarán a lo largo de los próximos meses.

‘Litus’ nació como una obra de teatro. ¿Saltar del escenario a la pantalla facilita el trabajo a los actores o es una dificultad añadida?

Si en un principio me dices que el planteamiento es meter a seis personajes en un mismo decorado durante una hora y media, sin voz en off, flashbacks ni saltos en el tiempo, salvo en los últimos minutos, te digo que me parece aburridísimo. Sin embargo, era un reto que el director se tomó con muchas ganas y el resultado ha sido excelente.

Tiene un monólogo de los que hacen recordar una película…

Precisamente fue una de las cosas que me atrajo de este proyecto. Mi personaje dinamita en un momento la precaria estabilidad mental que todos creían tener con una confesión difícil de justificar desde la cordura. Me gusta encontrar este tipo de personajes. En este caso me provocaba mucho respeto, no sabía cómo afrontarlo y eso me atraía.

Después de más de 20 películas, ¿le sigue invadiendo ese miedo cada vez que afronta un trabajo nuevo?

Sí, siempre sucede de la misma manera. Por una deformación mental me gusta investigar mucho para cada personaje. Eso no es necesariamente bueno, pero mis cables están montados de esa manera. Escribo mucho para preparar cada personaje y, en algunos casos, reescribo sobre el guion. Sé que no hay manera humilde de contar esto porque, al fin y al cabo, es meterse en el trabajo de otros, pero cuando se hace con el seguimiento, el apoyo, la crítica y la corrección del director, como en este caso, funciona. Estoy muy orgulloso de lo que hemos construido.

¿Cómo hace un actor para librarse de un personaje potente una vez que acaba el rodaje?

Es difícil, pero yo lo paso muy bien con este regodeo en mis emociones, lo disfruto y me funciona. He llegado a un punto en el que no me da miedo. He hecho mi terapia y considero que estoy muy bien de la cabeza, y eso me permite transitar en todo el abanico de sentimientos sin hacerme daño.

¿La interpretación tiene algo de terapia perpetua?

Me parece necesario. De la misma manera que estudias interpretación y aprendes a colocar la voz, tienes que saber solucionar tus asuntos personales para afrontar temas parecidos de personas que no existen.

¿Qué le hace decir ‘no’ a un papel?

La ligereza excesiva. Vivimos un momento en lo artístico, en el periodismo y en otros ámbitos, en el que todo debe ser rapidito, fresquito y que no moleste demasiado. Me parece respetable comercialmente, pero personalmente no me interesa. Me molesta y me entristece ver que todo tiende un poco a moverse en los mismos parámetros. Mi forma de ser, por desgracia, es otra. Mi idea de esta profesión tiene que ver con ahondar en el alma humana. Me reconforta pensar que alguien, en el patio de butacas o en su casa viendo una plataforma, de repente entiende mejor su vida o se emociona viendo algo en lo que no había reparado sobre cómo nos comportamos las personas.

¿Siempre tiene esa idea tan romántica sobre su profesión?

Hay veces en que, lisa y llanamente, las cuestiones financieras te obligan a hacer cosas que tal vez no te apetecería hacer. Le pasa a todo el mundo, pero en este caso es más doloroso porque cuando se trata de arte uno piensa que siempre tiene que ser limpio en términos de excelencia artística, y no es así. Al final es un trabajo, vivimos de esto. Pero por pragmática que sea tu decisión siempre debes encontrar la forma de motivarte.

Gracias a las plataformas, cada vez consumimos más cine, documentales, series… ¿Esto hace al público más exigente?

La audiencia ve muchas cosas y eso ha acabado con esa actitud de tener que hacer una serie para contentar a todos sino que se dirigen a una franja con características más definidas. Ya no importa si hay tramas menos amables con determinados sectores, incómodas de ver o que hacen comedia con temas políticamente incorrectos. Se ha abierto la veda. La parte negativa es que me provoca una sensación parecida a la que tengo cuando voy a una biblioteca o a una librería de segunda mano, de esas que tanto frecuento y en las que tanto me gasto: uno se da cuenta de que nunca va a poder leer todo lo que le gustaría. Para mí el problema está en discriminar lo que me gusta de lo que no. El futuro del consumo es que te orienten en tu elección.

El famoso algoritmo que sabe de nosotros más que nosotros mismos.

Exacto, pero por mi experiencia, los que utilizan las plataformas no afinan mucho. Tienen como finalidad vender, no ayudarme a encontrar lo que verdaderamente me gusta. Con el alud de contenidos podemos vivir entretenidos permanentemente sin acertar con lo que de verdad nos alimente. No pretendo hacer el discurso de que el entretenimiento es malo y hay que ver cosas sesudas todo el rato. Yo he hecho cosas para entretener fantásticas de las que estoy superorgulloso, pero creo que deberíamos tomarnos más tiempo para seleccionar. En las plataformas hay más contenidos para elegir que tiempo para consumirlos y olvidamos que lo que verdaderamente desparece de manera irreversible es nuestro tiempo, no las series.

Creció ante la cámara haciendo la serie ‘Poblenou’ (TV3) y ya está cerca de los 40. ¿En qué siente que ha madurado?

La inestabilidad de esta profesión nos hace reparar en que tenemos poco control. Cuando echas la vista atrás ves que no has podido decidir tanto, más bien has hecho lo que has podido con las ofertas que has tenido. Y te lo digo yo, que peco de tomarme las cosas demasiado en serio. He encontrado un buen equilibrio entre implicarme muchísimo y, al mismo tiempo, no esperar consecuencias precisas. Me recuerdo que si algo no sale tan bien como esperaba, no pasa nada. No sé si eso es madurar, pero yo estoy más tranquilo.

https://fotogramas.es

LAURA PÉREZ

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